Generaciones han estado trabajando en empleos que odian solo para poder comprar lo que realmente no necesitan. No tenemos una gran guerra en nuestra generación ni una gran depresión, pero sí tenemos una gran guerra del espíritu. Tenemos una gran revolución contra la cultura. La gran depresión es nuestra vida. Tenemos una depresión espiritual. Somos un subproducto de una obsesión por el estilo de vida. No eres tu trabajo, no eres cuánto dinero tienes en el banco, no eres el coche que conduces. No eres especial, no eres un copo de nieve hermoso y único. Eres la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás. Todos somos parte del mismo montón de compost. Somos toda la mierda cantando y bailando del mundo. Solo después de haberlo perdido todo somos libres para hacer cualquier cosa. Encontré la libertad perdiendo toda esperanza; perder toda esperanza fue libertad. Es al abrazar esta libertad que descubrimos la verdadera esencia de nuestro ser.